El Padre Alberto Reyes Pías expresa que el régimen castrista quiere impunidad “la posibilidad de jugar a ser Dios”.

Sacerdote católico Alberto Reyes Pías, párroco en el municipio de Esmeralda, en Camagüey.
El sacerdote católico Alberto Reyes Pías, de 53 años, párroco en el municipio de Esmeralda, en Camagüey
Expresó:
¿Qué es, en sí, la impunidad? La impunidad es todo aquello que tiene por respuesta: “no pasa nada”.
Hundieron el Remolcador “13 de marzo”, con niños dentro…, y no pasó nada.
A tres jóvenes que habían secuestrado una embarcación para irse del país se les aplicó la pena de muerte porque había que dar una “condena ejemplarizante” …, y no pasó nada.
Asimismo señaló “Esperamos unas calles llenas de gente feliz y no de agentes policiales listos para reprimir el menor desliz, esperamos disfrutar de esa sensación gratificante de pueblo adulto que lucha unido por construir un presente digno sin la tutela paternalista de un Estado que no acaba de entender que su función no es la de agente de control totalitario sino la de ayudar a los ciudadanos a ser cada vez más libres y capaces”
El 1 de noviembre pasado el sacerdote católico Pías, arremetió contra el comunismo y el daño que la dictadura castrista ha hecho a la nación cubana y dijo además que “Cuba es una cárcel grande donde, si te portas mal, te meten en otra más pequeña. Y como cárcel al fin, nos sentimos controlados. Tenemos miedo a decir lo que pensamos, a decir lo que queremos. Tenemos miedo a que de un modo u otro nos bloqueen el estudio o el trabajo, que nos hagan la vida más difícil de lo que ya es. Tenemos miedo a que nos citen y nos “regañen”, advirtiéndonos de nuestra “mala conducta”.
Este es el texto publicado este viernes 1 de enero en su perfil de Facebook
Crónicas del Noroeste V.
Entre continuidad y discontinuidad.
Por: Padre Alberto Reyes Pías, Parroquia San Jerónimo, municipio de Esmeralda, en Camagüey.
Hay una magia hermosa que se expande desde la Navidad hasta el inicio de un nuevo año. Es una sensación de que es posible dejar atrás no sólo lo que nos ha hecho sufrir durante el año que termina, sino también lo que nos traba la vida en el presente. Es un tiempo de esperanza, de propósitos, de optimismo en la mirada y en lo mejor del alma.
Esperamos mucho del 2021. Esperamos, junto con el resto del planeta, la derrota del Covid-19, el fin de los confinamientos, encontrarnos con aquellos que queremos y abrazarnos sin miedo. Esperamos tiempos más serenos, con más salud, mejor economía y menos sobresaltos.
Los cubanos, además, esperamos otras cosas. Esperamos poder salir a las calles y decir en alta voz lo que pensamos sin el miedo que nos hace bajar la voz y actuar como el gorrión que “pica y mira para los lados”, esperamos unas calles llenas de gente feliz y no de agentes policiales listos para reprimir el menor “desliz”, esperamos disfrutar de esa sensación gratificante de pueblo adulto que lucha unido por construir un presente digno sin la tutela paternalista de un Estado que no acaba de entender que su función no es la de agente de control totalitario sino la de ayudar a los ciudadanos a ser cada vez más libres y capaces. Seguir leyendo →
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