Las escuelas cubanas: son el reflejo de una sociedad fracasada.


Escuelas cubanas 1

Imágenes de escuelas cubanas. ¿Qué conflicto bélico ha dejado este centro educacional en tales condiciones? ¡Ninguno!, es la revolución castrista, aquellas que anhela, admiran y defienden cientos de criminales en el mundo. Foto: Tomada de Facebook de Pablo Pacheco, perteneciente a un centro de enseñanza media en Ceballos, Ciego de Ávila.

Por-Jorge Luis León

Ninguna nación tiene su origen a partir de una sola plataforma ideológica; en el caso de Cuba, el proceso es muy complejo. Su raíz proviene de tres culturas diferentes: la aborigen, la española y la africana. De esta mezcla tan diversa surgió el germen de lo cubano.

Primero su embrión, el criollo, y luego y finalmente, lo cubano. Pero no fue hasta el siglo XVIII que se dio el primer salto en cuanto al desarrollo de una cultura que daba los primeros pasos hacia un pensamiento autóctono. Conozcamos esta transformación:

Escuelas cubana

Niños en Cuba, de familia de bajo poder adquisitivo. Se ven obligados a recoger basuras, para ayudar a sus padres a poder pagar la cuota que le impone el estado para sufragar: la infraestructura escolar, la limpieza, las reparaciones, los repasadores, de los centros donde reciben clases.

En 1689 se fundó el Seminario San Carlos y San Ambrosio, dos años después el Colegio Seminario San Basilio Magno, en Santiago de Cuba. En 1728 se crea la Universidad de San Gerónimo de La Habana y en 1783, la Sociedad Económica Amigos del País. Fueron hechos fundamentales en el desarrollo intelectual de la isla.

De este pilar surgieron las figuras que dibujaron las primeras siluetas de lo que sería nuestra cultura y nuestra nación. Criollos como: Francisco de Arango y Parreño (1765-1837), Tomás Romay (1764-1849), José Agustín Caballero (1762-1835), Joaquín de Santa Cruz (1769-1807), Nicolás Calvo de la Puerta (1723-1796) y, más tarde, José de la Luz y Caballero (1800-1862), Félix Varela (1788-1853) y José Martí (1853-1895).

Surgía así, como un crisol de mezclas, lo cubano. Gozábamos de un pensamiento que definía nuestra identidad nacional. Nada teníamos que buscar fuera. En el ámbito cultural, Cuba brillaba con luz propia. El tiempo y sus matices marcaban un pensamiento plural que enriqueció con raíces propias, nuestra identidad y formación humana.

Experimentas tropiezos, sí, algunos graves. Sufrimos de tiranos y de crisis tanto económicas como políticas, pero nunca fuimos un pueblo de mendigos que tuviera que andar como pedigüeño por el mundo. El cubano siempre inspiró respeto; aquí se fraguaba lo que más valía.

En Cuba, el ferrocarril funcionó antes que en España, la televisión a color solo después de los Estados Unidos, el teléfono antes que en muchos países europeos. Pero un hecho vino a romperlo todo. Ese fue la mal llamada «Revolución Cubana», en 1959, para muchos estudiosos de la realidad de la isla el mayor fraude del siglo XX.

Si con el maestro Félix Varela aprendimos a pensar, con el dictador Fidel Castro aprendimos a copiar y a mentir. Entonces, ¿qué pasó en Cuba con la educación y la cultura después de 1959? Echemos un vistazo.

La Cuba de antes de la revolución no era el desastre que promulgó la tiranía, distorsionando crudamente la realidad. Su prisma era, en esencia, una posición falsa y mentirosa para divulgar su agenda comunista. Ya desde inicios de la República surge la Secretaría de Instrucción Pública; en 1909 se aprueba la Primera Ley Escolar de la República de Cuba, que daba base sólida al desarrollo de la escuela cubana.

Entre 1913 y 1921, surgen nuevas aulas en todo el país y las primeras tres escuelas normalistas destinadas a la formación profesional de maestros. En 1937, junto con la Autonomía Universitaria, se reorganiza la enseñanza primaria y secundaria, con programas de estudios serios y con una base moral y científica bien comprobada a la luz de hoy en día.

El gobierno comunista desde que llegó al poder utilizó las escuelas como un aparato de adoctrinamiento, penetración y deformación de la historia. Es, por ejemplo, natural que los textos de historia de Cuba presten más atención a la figura de Fidel y su lucha armada ilegal en la Sierra, que a la obra martiana y su quehacer por la independencia de la isla. Ponen a Fidel en un sitio de ídolo para cultivarlo como el héroe de los patriotas cubanos. El lema para tal fin era: «Pioneros por el comunismo, seremos como el Che».

La escuela cubana actualmente es el reflejo de una sociedad que se hunde; carecen de textos, de paredes, de maestros, de equipos de laboratorio, enseres escolares, de ética, de moral… ¡y de Dios! Maestros improvisados, preparados en un curso de tres meses. Aquellos que acepten decir “¡Viva Fidel!”, están aptos para impartir clases. Es una gran vergüenza internacional.

Los sabotajes criminales empleados por los comunistas para tomarse el poder se enmarca como heroísmo, y como conocemos las falsedades al estilo de Joseph Goebbels, repetida mil veces, la convierte en verdad. Así que cuando se habla de «La Historia me Absolverá», no se dice que todo lo prometido por Fidel Castro fue una vil mentira, con planes ocultos, siniestros para posesionarse del poder.

La escuela cubana sobrevive en las tinieblas, bajo un grupo de delincuentes empecinados en robar hasta las libretas y lápices de los estudiantes.

Cuando esta manada de malhechores caiga y se instaure una verdadera democracia, el primer cambio social será volver al camino que nunca debimos abandonar, y poner la escuela cubana a la sombra de nuestros próceres fundadores, cerrar las filas a toda idea extranjerizante porque quienes tienen manantiales en abundancia no tienen que comprar el agua en ningún desierto.

Fidel Castro y su Revolución, es un penoso trozo de historia que debemos sepultar para siempre. Costará muchos años superar el daño que este personaje siniestro y su proyecto político sembró.

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Acerca de Miguel Galbán

Miguel Galbán Gutiérrez, periodista freelance, ferviente anticomunista y defensor de los valores democráticos. Exprisionero de conciencia cubano, condenado a 26 años de prisión en la represiva Primavera Negra de Cuba de 2003, por ejercer el derecho a la libertad de expresión. Desterrado a España en septiembre 2010, ganador del Premio Libertad de Expresión 2011 de la Asociación de Periodistas – Asociación de la Prensa de Almería. Me pueden contactar en: galbanguines@gmail.com, @calluna2008 y facebook.com/miguel.200375
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